Trump y los republicanos se encuentran ahora del otro lado de la cultura de la cancelación que antes criticaban
Por Henry J. Gomez – NBC News
En su convención de hace cinco años, el presidente, Donald Trump, y el Partido Republicano reunieron fervientemente a sus seguidores contra una idea que calificaron como una lacra para la sociedad: la cultura de la cancelación.
Demasiadas personas, argumentaron uno a uno en discursos en horario de máxima audiencia, estaban siendo públicamente condenadas al ostracismo —en algunos casos perdiendo sus empleos— por ejercer su derecho constitucional a la libertad de expresión.
“A los que no tienen voz, a los que son avergonzados, censurados y cancelados, mi padre luchará por ustedes”, prometió entonces Eric Trump.
Pero el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, que fue uno de los oradores en esa convención de 2020, parece haber cambiado rápidamente la forma en que Trump y otros republicanos ven los límites de la libertad de expresión y las reglas en la cultura de la cancelación que antes detestaban.
Antes eran la voz de los cancelados, ahora son ellos los que cancelan.
El debate, alimentado por la ira y el dolor de una Casa Blanca en la que muchos, incluido el vicepresidente, JD Vance, eran amigos íntimos de Kirk, se intensificó el miércoles con la suspensión de Jimmy Kimmel Live!.
La cadena ABC, propiedad de Disney, retiró el programa nocturno de entrevistas horas después de que Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, amenazara con “tomar medidas” contra la empresa por las críticas de Kimmel a la reacción de los republicanos ante la muerte de Kirk.
“La pandilla MAGA [está] tratando desesperadamente de caracterizar a este muchacho que asesinó a Charlie Kirk como algo distinto a uno de los suyos y haciendo todo lo posible para sacar provecho político”, dijo Kimmel durante su monólogo del lunes.
Tyler Robinson, acusado de matar a tiros a Kirk, provenía de una familia conservadora, pero, según su madre, políticamente “había comenzado a inclinarse más hacia la izquierda” durante el último año, detallan documentos judiciales. Los mensajes de texto de Robinson publicados por las autoridades indicaron que eligió al activista conservador como objetivo porque “estaba harto de su odio”.
La suspensión indefinida de Kimmel, que ha suscitado preocupación por la censura impuesta por el Estado, llegó en una semana en la que Trump y otros funcionarios de su Gobierno se comprometieron a perseguir a las organizaciones de izquierda y a las personas que, en su opinión, fomentan la violencia política.
La fiscal general Pam Bondi planteó la posibilidad de tomar medidas enérgicas contra el “discurso de odio” y Vance animó a la gente a denunciar y presionar para que se despida a quienes “celebran” la muerte de Kirk.
Trump, que en redes sociales aplaudió la suspensión de Kimmel, fue consultado el jueves sobre las repercusiones para la libertad de expresión en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro británico Keir Starmer.
[Tras el asesinato de Charlie Kirk despiden a trabajadores por comentarios sobre su muerte]
“Jimmy Kimmel fue despedido porque tenía bajos índices de audiencia, por encima de cualquier otra cosa, y dijo algo horrible sobre un gran caballero conocido como Charlie Kirk”, respondió Trump. “Jimmy Kimmel no es una persona con talento. Tenía muy malos ratings y deberían haberlo despedido hace mucho tiempo. Así que pueden llamarlo libertad de expresión o no. Fue despedido por falta de talento”.
Más tarde en el Air Force One, Trump sugirió a los periodistas que las cadenas de televisión que él considera hostiles podrían perder sus licencias de la FCC. Vance ha sido uno de los defensores más acérrimos de la libertad de expresión de la Administración y una de las voces más críticas pidiendo que se castigue a quienes menosprecian a Kirk tras su muerte.
“La Primera Enmienda protege un montón de discursos muy desagradables, pero si celebras la muerte de Charlie Kirk, no deberías estar protegido de ser despedido por ser una persona repugnante”, dijo Vance en una entrevista que se emitió el miércoles por la noche en la cadena Fox News.
En febrero, Vance abogó por contratar de nuevo a un empleado federal que había dimitido por publicar en las redes sociales mensajes que apoyaban el racismo y la eugenesia. Una “actividad estúpida en las redes sociales”, argumentó Vance, no debería “arruinar la vida de un muchacho”. El vicepresidente también ha acusado a los aliados europeos de socavar el espíritu de la libertad de expresión, apuntando específicamente a Alemania por aislar a la AfD, un partido político con ecos nazis.
“Una cosa es decir que un conjunto particular de opiniones es repugnante… o que de alguna manera está fuera de la ventana de Overton, fuera de los límites del discurso razonable”, dijo Vance en una entrevista en mayo. “Creo que es muy, muy peligroso utilizar las instituciones neutrales del Estado —el Ejército, las fuerzas policiales… los servicios de inteligencia— para intentar deslegitimar a otro partido político rival”.
Añadió que, aunque era “un gran defensor de la libertad de expresión, creo que mi límite está en fomentar la violencia contra los oponentes políticos”.
[La suspensión de Jimmy Kimmel pone de relieve el papel de Brendan Carr al frente de la Comisión Federal de Comunicaciones]
Vance aún no ha comentado sobre la suspensión de Kimmel, salvo para bromear en las redes sociales diciendo que el secretario de Estado Marco Rubio, que ya ejerce como asesor de seguridad nacional de Trump, sería “el nuevo presentador del programa nocturno de ABC”.
Durante la Administración del presidente Joe Biden, los conservadores se quejaron de que los funcionarios utilizaban tácticas —como las que ahora se acusa a la Administración Trump de adoptar— para reprimir el discurso conservador, con la amenaza de consecuencias adversas si no se atendían las peticiones, una práctica conocida como jawboning.
Una acusación clave citada a menudo era la presión que los funcionarios de Biden ejercían sobre las compañías propietarias de redes sociales para que eliminaran contenidos, especialmente los relacionados con el movimiento antivacunas.
Esa narrativa sufrió un revés el año pasado cuando la Corte Suprema determinó que varios estados republicanos y usuarios de redes sociales no habían alegado adecuadamente que las solicitudes de los funcionarios del Gobierno afectaban directamente las decisiones de moderación de contenido de las empresas de redes sociales.
Conscientes de lo importante que ha sido la cultura de la cancelación para los republicanos en la era Trump, algunos demócratas están expresando su preocupación.
“No existe la libertad de expresión bajo el mandato de Donald Trump”, publicó el miércoles el gobernador de California, Gavin Newsom, considerado uno de los principales candidatos a la presidencia en 2028.
Newsom también llamó la atención sobre una antigua publicación de Stephen Miller, ahora subjefe de gabinete de la Casa Blanca, quien, junto a Vance y Bondi, ha liderado la postura pública de la Administración Trump desde la muerte de Kirk.
“Si la idea de la libertad de expresión te enfurece —la piedra angular del autogobierno democrático— [entonces] lamento informarte que eres un fascista”, escribió Miller en 2022.
El expresidente Barack Obama, que se pronuncia con moderación sobre los temas candentes de la actualidad, también acusó a los republicanos de incoherencia.
“Tras años quejándose de la cultura de la cancelación, la actual Administración la ha llevado a un nuevo y peligroso nivel al amenazar con tomar medidas reguladoras contra las empresas de medios de comunicación a menos que amordacen o despidan a los periodistas y comentaristas que no le gustan”, publicó Obama en X.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, eludió las preguntas sobre la suspensión de Kimmel cuando habló con los periodistas el jueves.
“No sé nada al respecto”, dijo Johnson. “Lo que sí sé es que ABC es una empresa privada y que puede tomar sus propias decisiones sobre quién quiere que lleve su marca. Por lo tanto, se trata de una cuestión que compete a los líderes de ABC. No tiene nada que ver con el Congreso ni con nada de lo que hacemos”.
Otros miembros y personas cercanas a la Administración Trump han rechazado las acusaciones de hipocresía insistiendo en que lo que están haciendo no equivale a una cultura de la cancelación.
“Bienvenidos a la cultura de las consecuencias”, publicó el miércoles por la noche en X Taylor Budowich, otro subjefe de gabinete de la Casa Blanca. “Los estadounidenses normales y con sentido común ya no se tragan las tonterías, y empresas como ABC por fin están dispuestas a hacer lo correcto y razonable”.
Budowich también respondió a Newsom: “La libertad de expresión está viva y sana. Kimmel puede ir a Sunset Boulevard y tal vez incluso atraer a una audiencia mayor que la que tenía su programa. Los malos chistes y la mala televisión son malos para el negocio. ABC ya no está paralizada por el miedo a la turba woke”.
El argumento de la “cultura de las consecuencias”, que también defienden Donald Trump Jr. y el fundador de Barstool Sports e influencer de derecha Dave Portnoy, remite a una idea que plantearon los progresistas en respuesta a los anteriores debates sobre la cultura de la cancelación que en esencia argumenta que las malas decisiones y los errores tienen consecuencias.
El cambio de los límites de la libertad de expresión ha suscitado reacciones negativas por parte de otros miembros de la derecha.
[La cadena ABC suspende el programa de Jimmy Kimmel tras críticas del presidente de la FCC a los comentarios del presentador sobre Charlie Kirk]
El comentarista conservador Guy Benson, en respuesta a la noticia de Kimmel publicó que “la injerencia abierta del Gobierno en todo esto sigue siendo muy preocupante”.
Y Tucker Carlson, un acérrimo aliado de Trump y Vance, ha criticado a Bondi quien se ha retractado de su postura sobre el discurso del odio y ha aclarado que el Departamento de Justicia solo perseguirá los discursos que inciten a la violencia.
“Uno espera que la muerte de Charlie Kirk no sea usada por un grupo al que ahora llamamos malos actores para crear una sociedad que sea lo opuesto a la que él se esforzó por construir”, dijo Carlson en su podcast del martes. “Esperamos que, dentro de un año, la agitación que estamos viendo tras su asesinato no se aproveche para introducir leyes contra el discurso del odio en este país. Y créanme, si eso ocurre, nunca habrá un momento más justificado para la desobediencia civil que ese”.